En un entorno psicológicamente seguro, las personas nos sentimos seguras de asumir riesgos para mejorar nuestro aprendizaje y pensamiento, de cometer errores y de pedir ayuda y apoyo cuando lo necesitamos.
La autoestima es la apreciación subjetiva que tenemos acerca de nuestra valía y de quienes somos. Y, entre otras muchas cosas, influye en el sentimiento que tenemos acerca de nuestros recursos y habilidades, es decir, en nuestra autoeficacia.
En los últimos años, el concepto de feedback en las organizaciones ha evolucionado, sobre todo en lo relacionado a la evaluación del desempeño. Hoy en día las organizaciones necesitan una cultura del feedback que potencie la evaluación del desempeño como motor de negocio y desarrollo profesional.
El efecto Pigmalión es un término de la psicología y la pedagogía que tiene su origen en una leyenda de la antigua Grecia. Pigmalión era un escultor que se enamoró de una estatua que había tallado, y al final, ésta acabó cobrando vida. La idea hace referencia a la influencia de nuestras expectativas sobre el comportamiento de los demás.
Carl Rogers explica que la empatía significa “entrar en el mundo privado de la percepción de la otra persona y sentirse completamente a gusto”
Si lo aplicamos al liderazgo implica dejar de alguna manera a un lado las opiniones y valores propios para ejercer un liderazgo carente de prejuicios. Un liderazgo que se centra en comprender y responder a las necesidades, preocupaciones y emociones de los miembros del equipo.
Tomar conciencia de las propias emociones y de las emociones de los demás es fundamental para el bienestar emocional. Y para tomar conciencia de nuestras emociones y de las de los demás necesitamos conocerlas y saber cuáles son sus características.
Según la doctora Carol Dweck, profesora de psicología en la Universidad de Stanford, existen dos tipos de mentalidad que determinan nuestra forma de pensar y actuar.
Una mentalidad fija basada en una creencia limitada sobre cómo somos, nuestra inteligencia, habilidades y potencialidades. Y una mentalidad de crecimiento enfocada en la posibilidad del desarrollo continuo y el cambio
Ante cualquier situación o estímulo (interno o externo) podemos sentir una emoción con mayor o menor intensidad. Y cuando estamos experimentando esa emoción, la valoramos de manera cognitiva, es decir, pensamos algo sobre esa situación y la emoción que me ha provocado.
La gestión del tiempo requiere consciencia. Antes de mejorar nada tenemos que saber cómo estoy utilizando mi tiempo, cual es el uso real que estoy haciendo de él. Requiere también responsabilidad, decidir cómo utilizamos las horas del día y que obtenemos con ello.
Que un equipo trabaje de manera coordinada, con confianza, compromiso y buena comunicación es realmente difícil. Que se consiga depende de múltiples factores tanto internos del propio equipo y de las personas que lo componen, como externos del contexto organizacional en el que se tiene que desarrollar.