Dentro del Plan Estratégico de Recursos Humanos, la evaluación del desempeño tiene un papel fundamental: es un instrumento que nos permite valorar el desempeño de las personas en su puesto de trabajo de una manera objetiva.
Y es que esta herramienta nos ayuda a determinar si una persona tiene el puesto adecuado en una empresa. Es decir, que ayuda a evaluar si el puesto que ostenta se ajusta a su perfil o si, por el contrario, es necesario cambiarla a un puesto con menor responsabilidad o se debe empezar a planificar una promoción del empleado.
Además de proporcionar información a la empresa para que la toma de decisiones sea la adecuada, la evaluación del desempeño ofrece a la persona un foco para valorar la evolución de su carrera profesional. Una evaluación rigurosa del desempeño nos dice cómo lo estamos haciendo en nuestro trabajo, qué se espera de nosotros, nos proporciona feedback de lo que estamos haciendo bien y de lo que tenemos que mejorar.
Otras ventajas de contar con una herramienta estructurada de evaluación del rendimiento es que contribuye a liberar el potencial de los empleados y aumenta su motivación al realizar reuniones periódicas y estructuradas en torno a su trabajo.
Para las organizaciones que lo entienden así, este tipo de evaluación es algo más que verificar si la persona cumple o no con los objetivos establecidos. Y es que son empresas que entienden la evaluación como una herramienta de mejora. El objetivo en este caso es, como la palabra indica, mejorar a la persona, a los equipos y a las organizaciones para conseguir mayores resultados.
Cuando una empresa quiere implantar un sistema de evaluación del desempeño siempre recomiendo empezar por una herramienta que contemple la autoevaluación de la persona, la evaluación de su responsable y la entrevista de evaluación entre ambos. El objetivo es analizar, reflexionar y tomar decisiones en función de ambas evaluaciones.
¿Por qué recomiendo una herramienta con estos tres elementos? En primer lugar, porque creo que hoy en día la autoevaluación es fundamental para el desarrollo de las personas y las organizaciones. Mi experiencia me dice que, en su gran mayoría, las personas somos sinceras y muy exigentes con nosotros mismos en este proceso.
En segundo lugar, la evaluación del colaborador por parte del superior es fundamental. Y creo que es la responsabilidad más trascendental de quien tiene un equipo de personas a su cargo.
Y por último, la entrevista de evaluación, que es un momento clave para el desarrollo de las personas, los equipos y las organizaciones.
A través de mi servicio de consultoría ayudé al departamento de Recursos Humanos de una pequeña empresa del sector sanitario a diseñar una herramienta de evaluación del desempeño. Un proceso donde trabajamos en aspectos como: