Ana Sanjuán — Blog

Menú

Efecto Pigmalión: el poder de nuestra mirada en los demás

El efecto Pigmalión es un concepto que procede de la psicología y de la pedagogía que tiene su origen en una leyenda de la antigua Grecia. Pigmalión era un escultor que se enamoró de una estatua que había tallado y al final, ésta acabó cobrando vida.

Esta idea hace referencia a la influencia de nuestras expectativas sobre el comportamiento de los demás. O dicho de otro modo, la influencia que tienen las creencias, acciones, expectativas y palabras de otras personas sobre nuestra propia autoestima, sobre nuestras capacidades y sobre lo que sentimos que podemos o no conseguir.

El efecto Pigmalión explica cómo acabamos asumiendo y cumpliendo aquellas expectativas que otras personas han depositado en nosotros (tanto positivas como negativas).

Esto quiere decir que a diario, con nuestra forma de comunicarnos y comportarnos, muchas veces sin darnos cuenta, estamos transmitiendo la imagen que tenemos de los demás y esa imagen va a influir en su comportamiento.

Tal y como lo explica Susan H. Mcleod en una de sus investigaciones, esto funciona en las relaciones que ejerzo en todos mis roles, como jefe, como amigo, como padre o con mi pareja. Se da en cualquier escenario social.

Es sencillo entenderlo con algunos ejemplos:

– Si me siento valorado porque mi jefe me apoya en mis decisiones, tengo más posibilidades de lograr lo que me proponga

– Si el foco de un profesor son las fortalezas de sus alumnos, esto influirá en sus resultados académicos

– Si a mi hijo le repito constantemente que no se le dan bien las matemáticas, ¿cómo afrontará las clases y los exámenes de esa asignatura?

Un término de la antigua Grecia avalado hoy día por la neurociencia. Cuando alguien confía en nosotros y nos contagia esa confianza, nuestro sistema límbico acelera la velocidad de nuestro pensamiento, incrementa nuestra energía y en consecuencia nuestra atención, eficacia y eficiencia.