En la obra de La Odisea de Homero su protagonista, Ulises, tenía un sueño: ver cómo su hijo, Telémaco, se convertía en rey de Ítaca. Cuenta la leyenda que cuando Ulises tiene que partir a la guerra le pide a su gran amigo Mentor que ayude y guíe a su hijo. Es entonces cuando Mentor tiene que ejercer de consejero y maestro. Su objetivo era que Telémaco llegara a convertirse en un rey sabio, bueno y prudente, tal y como soñaba su padre.
Es en esta obra de la mitología griega donde tiene su origen el mentoring. Una metodología de desarrollo que se fundamenta en la transferencia de conocimiento y en el aprendizaje a través de la experiencia. Y que, por tanto, tiene aplicación en cualquier ámbito en el que se persiga el desarrollo y el aprendizaje.
El mentoring es un método cuyo objetivo es el desarrollo del potencial de las personas y que se nutre de las aportaciones de diversas disciplinas como la biología, la medicina, la psicología, la filosofía, la pedagogía, la antropología o la neurociencia.
En definitiva, el mentoring es una manera de aprender y crecer que:
Aplicado al ámbito educativo, el mentoring favorece el aprendizaje significativo, tanto individual como organizacional. Y genera una relación de aprendizaje mutuo en la que el protagonista es el MENTEE (el alumno) y el profesor es el MENTOR.
Transforma y potencia el rol.
El mentoring lo que le propone al sector educativo es contribuir a la estrategia de cambio al que se enfrenta el mundo educativo desde hace tiempo.
La forma de introducir el mentoring en la educación puede realizarse de dos maneras: a través de programas específicos o mediante la incorporación de herramientas de la metodología.
A través de programas específicos donde se realizan procesos de mentoring diseñados y estructurados teniendo en cuenta el objetivo que se quiere conseguir.
Son programas que contienen algunos de estos objetivos:
Los programas de mentoring funcionan si cuentan con un buen diseño y evaluación de los resultados. Es decir, si se estructuran en sesiones en las que se da una mediación consciente y deliberada para favorecer y acelerar los procesos de aprendizaje y cambio.
A través de la incorporación de herramientas de la metodología en el desempeño de la labor de los docentes. El aprendizaje y puesta en práctica de estas herramientas persigue transformar el rol del docente.
Transformación porque no se trata sólo de que los docentes utilicen herramientas específicas de mentoring en el aula; se trata de que las interioricen e incorporen a su forma de hacer, de comunicarse y de actuar.
Así, el esquema tradicional donde el docente tiene un rol más directivo se transformaría, gracias al mentoring educativo, en un nuevo modelo en el que el profesor es más un mentor educativo al acompañar al alumno en su aprendizaje.
Y los centros se convertirían en lugares donde el bienestar educativo estuviera garantizado a través de un ambiente de confianza que convierta al alumno en protagonista de su propio desarrollo académico, emocional y social.